Creí, por eso hablé
Tras el desayuno y la oración de la mañana con el texto
de Pablo VI para pedir la fe y el de San Pedro Poveda donde nos invita a creer
y confesar la fe “haciendo programa de nuestra vida su frase (de David) Creí, por eso hablé “, nos fuimos los
dos grupos, el de senderismo a los cuatro postes y el de acción social a
continuar la visita al Centro Santa Teresa, conocido popularmente como el
Balneario o la Casa Grande.
Senderismo
y Fotografía: El recorrido lo hicimos en silencio para tomar conciencia de
nosotros mismos y percibir de qué tenemos que desprendernos porque para la
caminata hay que prescindir de lo accesorio. También nos invita May a mirar Las
Murallas y ver cuáles son nuestras murallas, que nos hacen ser infranqueables, a
caminar cada uno a su ritmo, sabiendo que vamos siempre como grupo, acogiendo y
respetando el ritmo de todos.
El
Balneario: Continuamos la visita
iniciada el día anterior. Lo primero fue dejarnos sorprender por los
valores de la Casa Grande que llenaban paredes y puertas y todo el espacio:
Empatía, Tolerancia, Dignidad, Paciencia, Motivación, Perseverancia, Tesón
Acompañados por las personas que viven y trabajan allí nos acercamos a la zona
de los oficios como carpintería, lavandería, y otros talleres. Fue muy entrañable y se respiraba a Dios de un
modo natural, teniendo como pieza clave de calidad EL HOMBRE. Nos fuimos con el corazón ensanchado y con la
mochila cargada de este sello de calidad para hacerlo vida en nuestros
ambientes.
Por la tarde Mari Mar Solanes nos presentó de un modo original, creativo y atrayente el Plan de Vida, como “hoja de ruta”, recogiendo las palabras de San Pedro Poveda y la lectura que de ellas han hecho las Asambleas. Nos propuso una dinámica de pequeños grupos para contrastar y compartir cómo vivimos nuestra vocación cristiana contando con “nuestras ocupaciones y edad”. Nos recordó que el taller solo pretendía introducirnos y nos recomendó que nos acerquemos al documento “Estructura de apoyo, Plan de vida” y hagamos nuestra propia lectura y concreción del mismo.
En la eucaristía presidida por Jesús Rodríguez, hubo diferentes momentos de participación (peticiones de perdón, oración de los fieles, presentación de ofrendas), y fuimos enviados a enviar la luz, simbolizada en una gran bombilla con las palabras “Esta es la luz de Jesús: COMPÁRTELA”, mientras recibíamos y nos regalábamos las bombillas unos a otros.
Por la noche salimos a tomar unas copas o algún refresco y a conocer el ambiente de Ávila nocturna, contemplando las murallas iluminadas, una auténtica belleza.
Cuánta buena gente reunida¡
ResponderEliminarQuique P.